Ildefonso Rodríguez Contreras, un prohombre de Cabrilla

Como si de una liturgia se tratara, unos días antes de que el Cristo de Burgos salga en procesión una comisión de la hermandad de la Esclavitud acude a la casa situada en la calle Real 11, donde les espera uno de sus moradores para llevar al santuario el marco de plata con el que procesiona tan sagrado retrato. Esto no es un capricho sino que obedece a la voluntad de su legítimo propietario, don Ildefonso Rodríguez Contreras (1791-1876)[1], quien lo adquirió y por medio de una escritura notarial fechada en 1856 «se reserva para sí y sus herederos la propiedad del marco que deberán guardar en su casa habitación«, estableciéndose en el punto dos de la mencionada escritura la «obligatoriedad de poner el marco a disposición del párroco siempre que haya de salir el Santo Cristo de su lugar«. Pero, ¿qué motivos le llevarían a adquirir tan preciada alhaja y por qué se reservó la propiedad? Intentaremos dar respuesta aquí a esta y otras cuestiones.

Agosto de 2007. Miembros de la Hermandad de la Esclavitud y de la familia Ramos Herrera transportan el marco de plata con el que procesiona el Cristo de Burgos unos días antes de las fiestas patronales. Fuente: Octavio López.

La prensa histórica nos da algunas pistas sobre nuestro personaje, don Ildefonso Rodríguez Contreras, un hombre respetado por sus cualidades que disfrutó de la especial consideración de sus vecinos. Hijo de Francisco Rodríguez Hermoso (primer alcalde ordinario tras la emancipación de la villa en 1778) y miembro de una estirpe, los Rodríguez, que protagonizaron momentos clave de la historia local a lo largo de los siglos XVIII y XIX, este es sin lugar a dudas uno de los cabrileños que merecen la consideración de prócer. Estuvo casado con doña Soledad Molina Hervás y tuvo una hija, Ramona, a la que sobrevivió.

Aunque era abogado, también administraba las tierras y el ganado de la familia como se puede constatar consultando algunos documentos, como uno donde se relaciona la compra del haza del Lantiscar y cerrillo de Remedios, propiedad que vendió con la condición de contar con el derecho real de servidumbre de paso para que sus ganados de todas clases llegaran al aguadero del barranco de Salmerón.

Ildefonso Rodríguez Contreras alcanzó la alcaldía de Cabra en 1833 según una noticia publicada en prensa[2] que pone de manifiesto la inseguridad de aquel momento tan cercano al inicio de la primera Guerra Carlista. Fue alcalde también en el año 1844[3] y ocupó el cargo de concejal durante buena parte de su vida, y es que ya sabíamos de su iniciativa[4], aunque no conocíamos algunos detalles que nos pueden ayudar a entender su proceder.

Siendo alcalde se produjeron algunas escaramuzas carlistas en el entorno de Cabra, como las protagonizadas por Luis Moreno[5], Basilio[6], o la facción de Tallada[7], aunque fue el carlista Luís Moreno quien al parecer tuvo que ver con el robo producido en la iglesia de Cabra en 1835[8]. Robo que al parecer fue perpetrado por el sacristán, quien lo puso a disposición “del Moreno, para que defendiera los derechos de altar a quien de hecho despojaba”. Este sacristán provenía de la parroquia de Santo Tomás de Úbeda, donde su prior provocaría su salida seguramente por desavenencias políticas, siendo promocionado para la parroquial de Cabra, hecho que se denuncia en la citada noticia dejando ver que este sacristán no era más que el brazo ejecutor de una trama de apoyo al bando carlista: “…si no se trata de reprimir a los instigadores y promotores de las revueltas, cada día se repetirán, siendo muy sabido que ellas se preparan por manos más poderosas que las que aparecen obrando y se auxilian directa o indirectamente por personas de poder y recursos…”.

Liberal recalcitrante, resulta llamativa la nota que envía al periódico La Iberia (diario liberal) publicada el 29 de agosto de 1861 donde hace una encendida defensa del director de esta publicación por “la cruel persecución de que es objeto la prensa liberal”. A sus 71 años hace alarde del “entusiasmo que me inspira toda idea de liberal y la particular inclinación que tengo a su ilustrado periódico, del que soy suscriptor indefinido, me impulsa a ofrecerle cuanto tengo en mi mediana posición, seguro de que interpretará debidamente la sinceridad de mi ofrecimiento[15]. Y es que la vida política de la Restauración tuvo su reflejo en Cabra con la alternancia en el ayuntamiento, ocupando cargos por el partido Liberal además del mencionado Ildefonso Rodríguez Contreras, Miguel Rodríguez Cabrera, quien aparece en las listas de 1845, así como su hermano Francisco Rodríguez Cabrera, quien fue alcalde en 1887[19]. El hijo del primero y por tanto sobrino del segundo, Miguel Rodríguez Pajares también estuvo vinculado al ayuntamiento durante buena parte de su vida, llegando a ocupar la alcaldía al menos en una ocasión, concretamente en el año 1889[20]. Se trata del popularmente conocido como “tío Miguel Rodríguez” (1831-1925).

Como hemos visto, eran tiempos de delincuencia generalizada que a menudo encontraba en los precarios caminos el lugar idóneo para los asaltos, como el ocurrido en las inmediaciones del Nicho de la Legua en julio de 1854 cuando fue atracado y asesinado un vecino de Jorairatar (Granada) que iba camino de Úbeda[9]. Debió ser esta una década especialmente conflictiva e insegura, de manera que en 1856, el mismo año de la compra del marco se da cuenta de que “en el término de Cabra del Santo Cristo han sido presos por los guardias civiles de puesto de Huelma dos famosos criminales que tenían aterrado con su audacia aquel país, y que se fugaron en unión de otros de la cárcel del último pueblo, escalándola[10]. Y apenas dos meses después de firmar la escritura otro robo en la iglesia sobresaltó a los cabrileños. Fue durante la semana previa al 25 de enero de 1857 cuando “una imagen de la virgen fue despojada de todos sus adornos y atributos de plata, se arrancaron de los altares hasta los objetos de menos valor y desapareció la lámpara de plata del altar mayor[11]. Ese 20 de enero debió ser la primera vez que procesionó el Cristo de Burgos con este flamante marco de plata que de haber estado en la iglesia muy posiblemente también hubiera sido robado, aunque nunca podremos saber si fue esa la verdadera intención de los ladrones.

Al margen de especulaciones queda claro el compromiso de este cabrileño que a tenor de sus acciones también debió ser un gran devoto del Cristo de Burgos. La adquisición del marco de plata así lo atestigua, aunque la inseguridad reinante en aquel siglo tan convulso seguro que influyó en su decisión de mantener la propiedad y custodia del marco. Por otro lado, su mentalidad liberal lo llevaría a anteponer la defensa de la libertad individual y de las iniciativas privadas a la posibilidad de contar con ninguna corporación tal y como se pone de manifiesto en la escritura que aquí se publica. De cualquier modo, lo cierto es que «lo dejó todo atado y bien atado» como se puede comprobar en el mencionado documento notarial que después de ciento sesenta y siete años y ocho generaciones de descendientes después continúa vigente, iniciándose a partir de aquella firma ese «protocolo» que ya es tradición, previo a cada salida procesional del Santo Cristo de Cabrilla, que hoy, día de San Sebastián de 2023 cumple su 386 aniversario entre nosotros.

En la villa de Cabra del Santo Cristo a cinco de noviembre de mil ochocientos cincuenta y seis nosotros, don Manuel Fernández vice prior de esta Iglesia Parroquial y don Ildefonso Rodríguez Contreras de su vecindario, decimos:

Que obedeciendo el segundo los piadosos sentimientos de su corazón acaba de patentizarlos haciendo la ofrenda de un marco de plata para la imagen del Santísimo Cristo de Burgos que se benera en la misma Iglesia; más deseando ambos hacer compatible el derecho que el Rodríguez debe conservar a la propiedad de la enunciada alaja, con la obligación que desde luego quiso contraer contribuyendo por cuantos medios estén a su alcance para ebitar los obstáculos que en lo sucesivo pudieran oponerse para llenar cumplidamente tan religioso objeto, hemos convenido en consignarlo en el presente documento por medio de las condiciones siguientes:

  1. Don Ildefonso Rodríguez Contreras se reserva para sí y sus herederos la propiedad del marco, que podrán y deberán guardar en su casa abitación.
  2. Tanto el Rodríguez como sus herederos quedan obligados a poner a disposición del Párroco el marco de que se trata siempre que haya de salir el Santísimo Cristo de su lugar ya sea en procesión o con otro objeto diferente.
  3. No podrá el don Ildefonso ni sus herederos negar la entrega del marco bajo ninguna excusa, pretesto, ni motivo cuando sean requeridos por el Párroco, a no ser que fuera con objeto diferente del único y exclusivo al que está dedicado, en cuyo caso no podrán ser obligados por considerarlo como de propiedad y dominio particular.
  4. Que tanto el vice prior que suscribe como sus sucesores cuidarán de pasar el correspondiente abiso al Rodríguez y los suyos siempre que con arreglo a las condiciones anteriores sea necesario la traslación del marco a la Iglesia, siendo obligación de aquellos devolverlo al propietario tan luego como acabe de servir.
  5. Que en consecuencia de los expuesto, no podrá adquirirse propiedad sobre dicha alaja por cualquier hermandad, cofradía, obra pía, ni ninguna otra corporación Eclesiástica.

Así lo decimos y firmamos siendo testigos don Antonio de Gámez, don Diego y don Antonio María Gerez vecinos de esta villa.

Y siguen las firmas y rúbricas de los señores mencionados.


Para citar este documento: LÓPEZ RODRIGUEZ, R. Ildefonso Rodríguez Contreras, un prohombre de Cabrilla. Recurso digital disponible en https://cabradelsantocristo.org/2023/01/15/ildefonso-rodriguez-contreras-un-prohombre-de-cabrilla/


[1] RC-CdSC. Asiento número 20 del libro de defunciones, de fecha 29 de febrero de 1876.

[2] HD-BNE.- [Recurso digital]. La Revista Española. Madrid, 17 de septiembre de 1833. Pág. 5.

 “el 2 de agosto tuvo noticia D. Ildefonso Rodríguez Contreras, alcalde de la villa de Cabra del Santo Cristo, de que por el cortijo de San Pedro, en su término, habían pasado seis hombres armados y montados en dos caballos y cuatro mulos, que pocas horas antes estuvieron robando en aquellas inmediaciones. En el momento dispuso la salida de una partida de realistas y de paisanos, que con los labradores y sirvientes del mencionado cortijo, hicieron una persecución combinada de que resultó la prisión de uno de los primeros y todas las caballerías, cinco de las cuales parecen ser robadas: traído al pueblo el aprehendido manifestó quienes eran los compañeros que con él habían estado en el sitio llamado Peña del Yeso, término de Quesada; y en el momento el referido alcalde decidió enviar exortos a las justicias de Campillo de Arenas y Montejicar, los que en vez de enviarse por el correo, según costumbre, fueron remitidos con partidas compuestas de los valientes que hicieron la primera aprehensión: cuya medida produjo la de todos los criminales, a quienes se sigue la competente causa… / …. Si todas las justicias de los pueblos imitaran esta noble conducta, obrando con la actividad y energía que ha desplegado la de Cabra del Santo Cristo, es seguro que ningún foragido tendría abrigo en nuestro territorio, ni lloraríamos las consecuencias de esta plaga calamitosa que nos devora.

[3] AHM-CdSC.- Caja A312. Acta de la junta electoral para el nombramiento de ayuntamiento. 25 de febrero de 1844.

[4] Gila Medina, 2002: 181.

[5] HD-BNE.- [Recurso digital]. El Eco del Comercio. Número 306 de 2 de marzo de 1835. Pág. 3.

[6] HD-BNE.- [Recurso digital]. El Eco del Comercio. Número 1402 de 2 de marzo de 1838. Pág. 1.

[7] HD-BNE.- [Recurso digital]. El Eco del Comercio. Número 1411 de 12 de marzo de 1838. Pág. 4.

[8] HD-BNE.- [Recurso digital]. La Revista Española. 25 de febrero de 1835. Pág. 1.

[9] HD-BNE.- [Recurso digital]. La Época. Número 1650 de 12 de agosto de 1854. Pág. 4.

[10] HD-BNE.- [Recurso digital]. La Época. Número 2092 de 9 de enero de 1856. Pág. 3.

[11] HD-BNE.- [Recurso digital]. El Católico (Madrid). Número 5355 de 24 y 25 de enero de 1857. Pág. 57.

[15] HD-BNE.- [Recurso digital]. La Iberia (diario liberal). Número 2177. 29 de agosto de 1861. Pág. 26.

[19] AHM-CdSC.- Caja A312. Expediente general instruido para las elecciones municipales en el año referido la renovación bienal del ayuntamiento. 1887.

[20] Amezcua Martínez, 2010: 293.

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