
Cuerda de los Toriles y cerro de la Umbría
La ruta que proponemos asciende y discurre por la cresta de algunos de los cerros testigo que conectan el macizo de Mágina con la sierra de Cazorla. Se trata de una alineación cuya cuerda mide algo más de 3 km y, por su situación ofrece unas inmejorables panorámicas del atormentado relieve que confina ambas comarcas, así como de los dos macizos y otras zonas como la Loma de Úbeda… La altura máxima es la del Chantre con 1220 metros, mientras que el vértice geodésico del cerro de la Umbría está a 1125 metros. Si tenemos en cuenta que las áreas más inmediatas apenas superan los 1000 metros estamos ante una ruta muy panorámica. Discurriremos por unos caminos muy cómodos, en su mitad por pistas y en su otra mitad por vereda, aunque el ascenso al Chantre incluye un cortafuegos que habremos de acometer si prisas. No ofrece por tanto ninguna dificultad importante más allá de la exigencia física por la pendiente, la distancia y el desnivel a salvar cercano a los 1000 metros en sus poco más de 17 km de longitud.
Salimos bien temprano desde las inmediaciones de la gasolinera de Cabra, bajando la calle Huertas hasta tomar el antiguo camino de Quesada hoy convertido en carril. Pronto, a la altura del cementerio tenemos una bifurcación, así que podemos tomar el carril de la derecha o continuar unos metros y elegir también el de la derecha en el próximo cruce, pues ambos bajan paralelos hasta el cauce del arroyo del «Rollo», antiguamente llamado de don Francisco. Esta zona tiene un hondo sabor etnográfico, no en vano pasaremos junto al antiguo tejar tantas veces fotografiado por Cerdá y Rico, que dejaremos unos metros a la izquierda, aguas abajo del arroyo, y las salinas de Jesús, también fotografiadas por el ilustre cabrileño, lugar al que entraremos aunque para comprobar que sólo queda el cortijo y no queda rastro de las antiguas eras.

La salina de Jesús

Salina de Jesús. Fuente: Cerdá y Rico.
Volvemos sobre nuestros pasos y tomamos el carril principal a la derecha, ascendiendo por fuertes pendientes junto al barranco del Arenero en busca de otro cortijo muy fotografiado por Cerdá, se trata del cortijo de la Higueruela. Aún es temprano y el frío lo notamos a poco que paremos, no obstante el sol comienza a traspasar las crestas de la Umbría. Antes del cortijo, un caballo blanco amarrado advierte nuestra presencia y retoza dando vueltas en una era. La vista de Cabra y la Sierra Cruzada desde la puerta del cortijo es privilegiada.

Era del cortijo de la Higueruela y umbría de los Toriles
Seguimos ascendiendo por un carril en perfecto estado y muy cerca del cortijo tenemos ocasión de ver una mina de agua conservada en unas excelentes condiciones. Continuando nuestro camino por el barranco del Chantre se abren dos carriles y nosotros giramos a la izquierda buscando el cortafuegos que asciende en línea recta hasta la misma cima del Chantre. Desde donde lo tomamos (cota 1015) ascenderemos unos 200 metros en vertical en no más de 1 km, así que hemos de seguir la máxima del montañero; «comenzar como un viejo, para terminar como un joven». Arriba hay una caseta vigía desde donde visualizamos una enorme extensión, por lo que conviene llevar prismáticos para identificar las cumbres de Mágina, la Sierra de la Cruz, las Altarillas, las Ramblas y esa enorme obra civil que es el viaducto del Salado, la Loma de Úbeda, las sierras de Segura, las Villas, Cazorla, el Pozo, María, Filabres, Baza, Sierra Nevada… y otros accidentes más cercanos como los Picones de Larva, la peña del Cambrón, el Jabalcón de Zújar, el Mencal de Pedro Martínez, el Peñón de Alamedilla, etc.

Puerta del cortijo de la Higueruela

Puerta del cortijo de la Higueruela. Fuente: Cerdá y Rico.

Cabra, Sierra Cruzada y Morra de Mágina
La bajada desde el Chantre la podemos hacer por el cortafuegos o rodeando unos metros por el carril, bajando por éste hasta la cuerda de los Toriles, que tomaremos abandonando la pista, más o menos a la altura de unas antenas de televisión. Desde aquí las vistas a uno y otro lado hacen que merezca la pena hacer la ruta. Cercano el medio día, miramos hacia el Oeste, Cabra en la solana, recostada a las faldas de la Sierra Cruzada, tras la que emerge la Morra de Mágina y la Sierra de la Cruz. Al Norte se prolongan los montes del ¨Chantre, Picones, Higueruela y las Dos Hermanas, ya cerca del valle del Guadalquivir. Al Este, la sierra de Cazorla se ve cercana y antes, esa transición entre Mágina y Cazorla que es la Peña del Cambrón. Las sierras de María, Filabres y Baza cierran el horizonte, mientras que sobre las nieblas que tapan el valle del Guadiana Menor emerge el Jabalcón. El Peñón y Mencal anteceden a Sierra Nevada y la Sierra de Huetor. Alta Coloma conecta de nuevo con Mágina, cerrando estos 360 grados.

Vistas de la sierra de Cazorla y peña del Cambrón
Cresteamos los Toriles y cuando nos acercamos al cerro de la Umbría, un macho de cabra montés nos observa descarado desde las riscas… nosotros, con el paso firme encaramos la última de las pendientes hasta alcanzar el vértice geodésico. Más fotos y comentarios sobre lo que vemos… nos intercambiamos los prismáticos en animada charla… A nuestros pies, el arroyo del Rollo con sus tributarios del Candelero, cuyas aguas nacen en el Molino Barranco, y de Arroyo Santo. Olivares y huertos ancestrales que continúan dando sus frutos.
Volvemos sobre nuestros pasos hasta el collado desde donde parte una preciosa vereda que tomaremos y que nos conducirá hasta el cortijo del Retamar bajando por el barranco de los Asperones. Llegados a este cortijo tomamos un nuevo respiro y antes de retomar el camino de vuelta a Cabra fotografiamos un gato que quiere jugar con nosotros. Pasado el medio día, después de poco más de 3 km habremos llegado al punto de partida y será el momento de buscar un lugar en el que reponer fuerzas, que de eso en Cabra no falta…