Prehistoria

La arqueóloga local Ana Mª Segovia nos dio cuenta de diversos hallazgos correspondientes a varios ajuares encontrados en las cuevas de la Liota y del barranco de la Sima, en la Sierra Cruzada. Los materiales cerámicos encontrados pertenecen a un Neolítico tardío y habría que asociarlos a poblaciones nómadas dedicadas al pastoreo.

La misma autora, en su trabajo “Introducción a la Prehistoria de Cabra del Santo Cristo” informa sobre algunos poblados correspondientes al Cobre y al Bronce situados en el cerro de los Cangilones, Cabeza Montosa, Gamelloncillo, Molino Barranco y otros emplazamientos situados  a lo largo del arroyo “del Royo” como es conocido en esta zona el curso que aguas abajo se denominará “Arroyo Salado”.

Panorámica desde la Umbría de algunas de las terrazas irrigadas por los arroyos del Molino Barranco y Arroyo Santo. Fuente: propia.

En 1878 se hace pública la presentación a la exposición provincial que organizó la Real Sociedad de Amigos del País, de una colección de objetos arqueológicos encontrados en una gruta de la sierra de Cabra por Francisco Alejandro Herrera. Esos mismos objetos sumados a otros que encontró Fernando Gámez Vera serían vendidos al Museo de Ciencias Naturales y tras diversas vicisitudes, hoy forman parte de las colecciones del Museo Arqueológico Nacional. De ello nos da cuenta el propio Gámez Vera en un manuscrito donde anotó sus descubrimientos y que tras su muerte sería utilizado por José Caro Perales para publicar en la revista don Lope de Sosa el trabajo “Cabra del Santo Cristo, apuntes para su historia”. De ese manuscrito extractamos un párrafo que resulta muy revelador:

Antiguamente debió existir una población de alguna importancia en la llamada Loma del Sitio, que empezando en el camino real que va al pueblo de Alicún de Ortega, terminando en lo bajo de dicha loma, cerca del arroyo de D. Francisco, o sea, el que más abajo se denomina arroyo Salado. En la expresada loma se han encontrado y encuentran señales inequívocas de haber habido edificios, como son los cimientos de dura argamasa, trozos de columnas, pilas de grandes dimensiones y de una sola pieza, como la que existe en la fuente de los Llanos que fue transportada allí desde el haza de la Muela, y hoy sirve de pilar donde dan agua a los animales de aquellos cortijos.

 Otra señal del poblado que debió haber en tiempo remoto es un panteón que ocupaba el terreno comprendido entre el camino real de Granada y el ya citado de Alicún, entre los cuales está enclavada la dicha haza de la Muela, donde se encuentran sepulturas formadas de losas hincadas de canto y sobre estas losas otras anchas que sirven de tapadera a los restos humanos que encierran. En una de estas fosas se encontró el que escribe estas líneas una vasija de barro de la forma de un cantarito pequeño que podría contener un litro de agua, exactamente igual al que D. Manuel Góngora encontró en otra sepultura a un lado de la senda que conduce a Montefrío, grabado que marca con el número 99 en su obra titulada “Antigüedades prehistóricas de Andalucía”. Este jarro de color claro estaba colocado entre dos cráneos de niño, ejemplar que se conserva en el museo de ciencias Naturales, formando parte de una gran colección antropológica que vendió el que dice.

Juan Cabré da detallada cuenta en 1923 de un ídolo cruciforme perteneciente a la colección Gámez Vera, encontrado en la cueva de la fuente de las Víboras y que posteriores investigadores identifican como uno de los escasos ejemplos de arte mueble bi-triangular encontrado en la provincia de Jaén, pues pese a que son diversos los abrigos con este tipo de pinturas rupestres importado de zonas más orientales -sirvan de ejemplo los abrigos próximos de la sierra de Quesada-, estos ídolos no se prodigan fuera del territorio almeriense.

Megalito del cerro de los Chotos y su descubridor. Fuente: Jaén pueblos y ciudades
Megalito del cerro de los Chotos y su descubridor. Fuente: Jaén pueblos y ciudades

A la cultura de Almería se adscribe el megalito descubierto en las faldas del cerro de los Chotos durante los años finales de la década de los setenta. Una localización que no resulta gratuita, pues se trata de un lugar muy próximo al comienzo de las zonas irrigadas anteriormente mencionadas (Molino Barranco) y que sin duda  responde a la mentalidad de aquellos pobladores que, con objeto de marcar el territorio, situaban sus monumentos funerarios en lugares cercanos a sus poblados y en el paso de los caminos.

Colección de objetos prehistóricos encontrados en Cabra
Colección de objetos prehistóricos encontrados en Cabra. Fuente: propia.

Desde que el hombre comenzó a trabajar la tierra en el Neolítico dedicó buena parte de su tiempo a fabricar las herramientas necesarias, muchas de las cuales, una vez cumplida su función quedaban abandonadas en los barbechos durante milenios.  Para finalizar con este apartado quiero hacer mención a la colección de objetos encontrados por un paisano y amigo que, a lo largo de su vida, en su cotidiana dedicación a la agricultura ha encontrado en puntos muy dispares de nuestro término municipal. Su especial sensibilidad le ha llevado a identificarlos y a conservarlos como lo que son, el testimonio del paso de quienes miles de años antes trabajaron las mismas tierras que él. Hachas, morteros, azuelas, pesas de telar, canicas de barro, o un molino barquiforme son algunos de los materiales que me enseñó.

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