Una jornada histórica al rescate de una memoria espiritual condenada al olvido

La bendición de un lienzo del Cristo de Burgos en la parroquia de Alicún de Ortega (Granada)


por Juan Miguel Justicia Fernández

El 29 de septiembre de 1744 (…) comparece Francisco de Salas, sochantre y sacristán de la parroquia de Zújar [Granada] y bajo juramento declaró que había venido con su hija Francisca de Salas, el día de San Miguel del año anterior atraído por “los muchos milagros que este Señor ha obrado con sus criaturas”, ya que su hija padecía una grave dolencia cardiaca. Mas estando en una ventana de la posada viendo pasar la procesión del Santo Cristo le pidieron su curación, ofreciéndole si se producía venir al año siguiente de nuevo a darle las gracias y ofrecerle su peso en trigo (…)

Gila Medina, 2002: 83

Así describe el que es referencia ineludible en estos temas – nuestro paisano Lázaro Gila Medina- uno de los diecisiete relatos que se recogen en el Libro de los Milagros, custodiado hoy en nuestro archivo parroquial. Independientemente de la credibilidad que cada cual otorgue a dichos relatos, lo cierto es que este libro se convierte en un verdadero documento histórico que nos constata entre otras cosas, el desplazamiento habitual de gentes hacia este lugar tocado por la energía sobrenatural que es Cabra del Santo Cristo.

Lejos queda ese extraordinario tiempo de nuestra historia local y apenas tiene ya eco en el orgullo del cabrileño actual. Sin embargo, hechos como el que tuvieron lugar el pasado 14 de octubre en la vecina localidad de Alicún de Ortega, nos devuelve al presente un recuerdo de lo que hubo de ser aquel tiempo. Una pintura de tamaño mediano que representa al “Santísimo Cristo de Cabrilla” – se entenderá más adelante por qué preferimos este apelativo aquí y no el de “Cristo de Burgos”- ha sido bendecida y expuesta al culto en el pequeño pero acogedor templo de los alicuneros. En palabras del párroco de esta localidad, Manuel Requena, “la comunidad parroquial de Alicún de Ortega vivió una jornada histórica al recuperar la devoción y el culto al Señor de Burgos”, pues al parecer dicho germen espiritual se deshace en el culto público, tras la Guerra Civil.

No vamos a entrar aquí en el terreno de la crónica de este histórico día pues ya se ha escrito sobre el mismo[1]. Es por ello que antes de analizar el estilo e iconografía de esta peculiar pintura, nos preguntamos: ¿por qué y cómo surgió la devoción en Alicún?

No podemos tener la seguridad de ofrecer todas las respuestas, pero parece obvio que la primera razón sea la cercanía geográfica, pues apenas 20 kilómetros –siguiendo el trazado del antiguo camino a Zújar- separan ambos pueblos. Y en efecto esto propiciaría sin lugar a dudas el surgimiento de este núcleo de devoción. Pero merece la pena considerar el hecho en mayor amplitud y esto nos lleva a considerar grosso modo el factor eclesiástico-cultural y algunos datos de la historia geográfica.

Rótulo de límite provincial entre Jaén y Granada en la carretera entre Alicún y la Estación de Cabra, con el caserío de la población granadina a escasos metros. Fuente: Juan Miguel Justicia.

Por todos son ya conocidos los hechos que impulsaron a nuestros antepasados a rogar la permanencia para siempre del lienzo del Santo Cristo de Burgos en nuestro pueblo, y no vamos a detenernos en ello[2]. Muy numerosas fueron las cofradías surgidas especialmente en Andalucía Oriental siendo de las primeras en hacerlo en el ecuador del siglo XVII, la de Serón, en Almería y las de Guadix y Moclín en Granada (Gila Medina, 2002). Curiosamente, las dos cruces de piedra que hoy vemos en nuestro entramado urbano son las regaladas por Serón –en la plazoleta del mismo nombre- y Guadix- en el viejo camino a Guadix y Granada que hoy coincide con la carretera de la estación-. Pero también Baza llegó a contar con dos hermandades y parte de los pueblos de la Alpujarra aglutinaron su devoción en la hermandad conocida como la de los “Vaqueros de Sierra Nevada”. Y es que como nos señala este mismo autor:

donde la devoción al Cristo de Burgos o de Cabrilla arraigó y se difundió con gran fuerza e ímpetu fue en el antiguo Reino de Granada y buena prueba de ello es el inventario sobre lámparas y otros objetos regalados al Sagrado Lienzo donde hay un predominio de regalos provenientes de Granada, capital, o de sus pueblos

Gila Medina, 2002, p.65

En efecto, en 1646 -nueve años después de la llegada de la Sagrada Efigie- la mitad de los cincuenta y nueve objetos de plata y lámparas inventariadas, fueron aportados por personas provenientes de la Archidiócesis de Granada y de la Diócesis de Guadix (Gila Medina, 2011). Si bien, en dicho inventario no consta ningún objeto proveniente de Alicún, en cambio sí encontramos tres anotaciones referidas a la vecina localidad de Guadahortuna, de las cuales una corresponde a la lámpara de plata que envío su vicario y las dos restantes a particulares[3]. Hemos hablado de Guadahortuna, pero si continuamos hacia el Este del territorio granadino en dirección a Zújar, en las proximidades del pantano del Negratín, se constata la presencia de peregrinos de este lugar como lo muestra el testimonio recogido en el Libro de los Milagros con el que abrimos este artículo.

Pues bien, a poco que busquemos en internet la posición geográfica de Alicún de Ortega descubriremos que se encuentra rodeada por Guadahortuna al Oeste, Guadix al Sur y Zújar al Este. Si a continuación consideramos la cartografía histórica comprobaremos la proximidad de nuestros vecinos alicuneros a caminos tan importantes como el de Guadix, que desde Jódar y pasando por el humilladero del Santo Cristo de Burgos –el Nicho de la Legua viejo- llegaba al pueblo de Alamedilla cruzando –y no bordeando como si hace el actual trazado de la carretera- el barranco del Candelero. Y es que nuestro pueblo, cuyo amplio término municipal forma parte en su cuadrante Sur del Altiplano Granadino -paso natural hacia el Norte de la provincia de Granada- era y es más accesible desde la actual provincia vecina. Además del camino de Guadix, ya en el siglo XVIII hay constancia de la existencia del camino que en la cartografía recibe el nombre de “Zúxar” (Zújar) y que debió discurrir en buena parte de su trazado por lo que hoy se conoce como el carril de la Quinta-Alamedilla, ascendiendo a “Los Llanos” cruzando el Molino Barranco[4].

Boceto esquemático con el trazado de los caminos existentes en el término municipal en el siglo XVIII. Autor: Juan de la Cruz de Herrera. Fuente: Biblioteca Nacional de España.

Camino actual por la Cuesta de los Ciruelos. En un tercer plano a la derecha, descolla el cerro de Alicún, sobre el valle del río Guadahortuna (al fondo la Sierra de Baza). Fuente: Juan Miguel Justicia.

No nos debe resultar extraño por tanto, que en esta pequeña población granadina emergiese un núcleo de devoción al Señor de Burgos. Queda aún por investigar con el rigor necesario si existió o no hermandad que rindiese culto al Cristo de Burgos en Alicún; si bien, que se confirme o no su existencia, en nada desmerece el hecho probado, gracias al testimonio de las personas más mayores, de la presencia de una pintura que recibía culto y veneración y que debió desaparecer en la destrucción del mobiliario del templo alicunense dentro de los actos iconoclastas que sucedieron en el transcurso de la Guerra Civil. Resulta lógico por tanto que esta parroquia poseyera una obra pictórica, pues las copias del Cristo de Cabrilla eran muy numerosas por la geografía andaluza, especialmente en la provincia de Granada en la que aún hoy podemos contemplar numerosos cuadros -tres de ellos en la capital- (Gila Medina, 2011).

El que acaba de ser bendecido en Alicún ha sido adquirido en anticuario y corresponde iconográficamente hablando al “Cristo de Cabrilla”[5]. Presenta un peculiar promontorio rocoso sobre el que se alza la cruz y el cuerpo sin vida de Cristo, y en esto se asemeja a los que ejecutara Jacinto Anguiano Ibarra en el siglo XVII -el propio autor del lienzo primitivo que llegó a nuestro pueblo[6]-, no en balde debe ser de esa época. Curiosamente no presenta calavera al igual que los lienzos de La Zubia, Zafarraya, Pinos Genil y el del convento de Santa Catalina de Zafra en la capital granadina (Gila Medina, 2011). Y es que como nos recuerda este mismo autor, “muchas de las copias no se realizaron a partir del original cabrileño sino de otra reproducción anterior que habría ignorado tal elemento iconográfico” (2011: 145). En cambio, y quizás este sea el elemento más destacable, los huevos de avestruz –símbolo de la resurrección inminente de Cristo- son tres, colgando dos de ellos de ambos extremos del travesaño de la cruz.

Cuadro del Santo Cristo de Burgos expuesto en la nave de la parroquia de Alicún. Fuente:Juan Miguel Justicia.

Hasta aquí el relato que creo da respuesta a los interrogantes que me surgieron cuando se produjo este acontecimiento que si algo pone de relieve es que en pleno siglo XXI continúa viva esa devoción que desde aquí se irradia. Así, al igual que sucede con otras localidades muy queridas para los cabrileños como Jimena (Jaén), Alfarnatejo (Málaga), o la propia ciudad de Burgos, recuperamos ese vínculo espiritual que nos acerca (aún más) a Alicún de Ortega gracias a esta secular devoción al Cristo de Cabrilla.

Juan Miguel Justicia Fernández

Cabra del Santo Cristo , noviembre de 2022


[1] Véase https://www.diocesisdeguadix.es/index.php/noticias/alicun-bendice-una-imagen-del-santo-cristo-de-burgos-y-se-hermana-junto-a-guadix-con-el-santuario-de-cabra?fbclid=IwAR1VDBNVWalgLDH-HSzypIBttvLSTFqZfhvkVriqSX2UEmFPWa8wM-zRLZk (página consultada el 1/11/2022)

[2] Remitimos al lector a la obra del catedrático en Historia del Arte, D. Lázaro Gila Medina: Gila Medina, L. (2002) Cabra del Santo Cristo (Jaén) Arte, historia y el Cristo de Burgos.

[3] Una relación completa de este inventario de 1646 se encuentra en: Gila Medina, L. (2011). “El Cristo de Burgos o de Cabrilla en la Archidiócesis de Granada. Arte, historia e iconografía”. Separata del nº 8 de Contraluz.

[4] Un interesante estudio sobre este tema puede encontrarse en: López Rodriguez, R. (04/08/2021). https://cabradelsantocristo.org/2021/08/04/la-importancia-de-nuestros-caminos/ (página consultada el 1/1/2022)

[5] Hay que precisar que mientras en otras partes de Andalucía como Huelva y Sevilla, la veneración se rinde directamente hacia el Cristo de Burgos o de San Agustín, en Granada el culto al Cristo de Burgos es debido a la influencia del Cristo de Cabrilla, es decir al lienzo primitivo que presenta unos matices iconográficos que lo hacen sutilmente diferente a la escultura gótica de la que emana la pintura.

[6] No olvidemos en este sentido, que el actual lienzo es obra del pintor Francisco Cerezo Moreno, tomando como referencia la pintura que cuelga en las paredes de la Catedral de Guadix, que a su vez es una copia del primitivo de Jacinto Anguiano.

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