Retablos cerámicos de nuestro callejero

Las hornacinas, capillas, retablos, o azulejos son elementos urbanos que testimonian la devoción popular, tal y como vimos en un artículo previo donde explicábamos que la calle Virgencica debe su nombre a la hornacina dedicada a la virgen de las Nieves que hubo en la esquina con la calle Santa Ana (actual bar Manolo). Pero, si el pueblo cabrileño ha exteriorizado su fe a lo largo de los siglos ha sido con el Cristo de Burgos, resultando habituales las copias de este crucificado en litografías y lienzos, la mayoría de las veces con una iconografía a modo de escenario donde se ve además el viejo Nicho de la Legua con la mula rendida y el arriero, lo que pone a las claras que se trata en realidad del Cristo de Cabrilla, que es la otra advocación del Cristo de Burgos en estas latitudes. La misma de los retablos cerámicos que hoy protagonizan esta entrada.

Se trata de dos pequeños retablos formados con azulejos, el primero, el situado en la calle Santa Ana número 46, donde se ubicó la fábrica de harinas que fue de la familia Cerdá desde finales de la década de los veinte hasta bien entrada la segunda mitad del pasado siglo. Si bien, el solar de aquella fábrica ocupó también el actual número 44, ello explica que nuestro retablo ocupe ahora un espacio excéntrico.

Fachada del número 46 de la calle Santa Ana

Se trata, como hemos dicho, de la iconografía que representa al cristo de Cabrilla, que incluye el paisaje que circunda al Nicho de la Legua, con los pinos y los montes que rodean al pequeño humilladero. Un mosaico de doce azulejos que incluyen una escena central representada por el crucificado, que está delante del paisaje mencionado, y todo enmarcado entre dos columnas salomónicas y un arco rebajado.

Retablo de la antigua fábrica de harinas situada en el 46 de la calle Santa Ana

El otro retablo está en la que fuera entrada principal de la vieja cooperativa del Santo Cristo situada en la calle Cantarranas número 2. Esta fachada también está muy modificada, por lo que, sin estar tan excéntrico como la anterior, el retablo no ocupa en la actualidad un espacio preferente.

Fachada de la vieja cooperativa del Santo Cristo

Es casi idéntico al anterior, salvo que en este caso se aprecia mejor su cromatismo y si se distingue claramente la mula y el arriero junto al Nicho de La Legua. Además, los doce azulejos incluyen un marco similar al anterior con columnas salomónicas y arco rebajado y apuntado. Si bien en este caso, los azulejos quedan rodeados de una cenefa, también de cerámica.

Retablo situado en la fachada de la vieja cooperativa del Santo Cristo (C/ Cantarranas, 2)

Es complicado averiguar la procedencia de estos sencillos retablos cerámicos, aunque, dada la tradición sevillana de este tipo de artesanía, es muy probable que se hicieran en alguno de los talleres trianeros de la capital andaluza, posiblemente durante las décadas centrales del pasado siglo.

Esta sospecha cogió fuerza hace unos años, cuando paseando por Sevilla, muy cerca de mi domicilio vi un retablo que me recordó a los mencionados.

Fachada de la casa que alberga el retablo en Sevilla (Ctra. Carmona, 42)

Se trata del número 42 de la Carretera de Carmona, donde vemos otro retablo del Stmo. Cristo de Burgos de Cabra del Santo Cristo (Jaén), tal y como reza un texto a los pies de la imagen. Se aprecia que es posterior a los anteriores, aunque la iconografía es la misma, si bien, en este caso no incluye las columnas y el arco rebajado. Aunque sí incluye una artística cubierta con tejas vidriadas en verde y unos farolillos, lo que viene a dignificar tan preciada imagen colocada aquí por un empresario cabrileño, Sebastián Pajares Sánchez, quien fundó en Sevilla una conocida empresa de ambulancias, Ambulancias Pajares es una empresa familiar fundada en 1962 y en la actualidad es la tercera generación la que está al frente. Tal es su tradición familiar, que todos los vehículos nuevos son llevados al pueblo natal de Sebastián Pajares, Cabra de Santo Cristo, para que el Santísimo Cristo de Burgos las bendiga.

Retablo situado en la Carretera de Carmona, 42, de Sevilla

Hoy, catorce de septiembre, cuando hace apenas una hora que ha finalizado la procesión conmemorativa del día en que se quedó tan sagrado retrato en nuestro pueblo, damos a conocer este claro ejemplo de la devoción que los cabrileños han tenido por su patrón allá donde hayan estado. Algo que hoy testimonian estos tres retablos cerámicos.

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