El patrimonio debe ser catalogado, entre otras cosas, para que la Administración se responsabilice de su preservación y eso es precisamente lo que nunca ocurrió con el que probablemente fuera el registro arqueológico más antiguo de Cabra del Santo Cristo. Un verdadero despropósito por el que hemos perdido un testimonio único, de unos 5000 años de antigüedad.

Megalito del cerro de los Chotos y su descubridor. Fuente: Jaén pueblos y ciudades
El dolmen del cerro de los Chotos fue descubierto por Juan Antonio Cano mediada la década de los setenta del pasado siglo, cuando realizaba faenas agrícolas en la finca denominada «Cueva del Almez», de ahí que también se le conozca con este nombre. El tractor que conducía se hundió en un hoyo y Juan Antonio Cano comprobó que lo que había debajo era un enterramiento colectivo con cinco cadáveres en posición fetal. Como relata la nota de prensa, se dio parte a la autoridad, aunque lamentablemente y de manera incomprensible se terminó por banalizar el hallazgo, sin que ni siquiera llegara a catalogarse, así que nuestro dolmen, sin protección alguna quedó abandonado a su suerte hasta que no hace mucho tiempo pude comprobar que definitivamente había sido destrozado.
Pero, ¿qué es exactamente un dolmen? Se trata de un monumento funerario prehistórico formado por grandes piedras (ortostatos), unas en posición vertical, sobre las que apoyan otras en posición horizontal, formando una pequeña construcción cuyo acceso estaba orientado normalmente a la salida del sol y en cuya cámara se daba sepultura a los muertos que, en ocasiones estaban acompañados por ajuares. Existen diferentes tipologías, de tal forma que en este caso, el megalito del cerro de los Chotos, aunque de fuerte sustrato indígena, se podría asociar con la Cultura de Almería como los descubiertos en otras necrópolis cercanas de la provincia de Granada.
Durante el Calcolítico, un periodo de notables incrementos demográficos debido a los avances tecnológicos, por aquí discurrirían importantes flujos comerciales que conectarían las costas almerienses con el valle del Guadalquivir y la Meseta. El megalito del cerro de los Chotos era un hito en el territorio que, atendiendo a la mentalidad de aquellos pobladores, advertiría a los ocasionales viajeros de la cercanía de sus cabañas y de las fértiles tierras irrigadas por manantiales, como los del Molino Barranco, el Arroyo Santo, o el más importante del Nacimiento.
Se trata además de uno de los escasos testimonios que hay en la provincia, pues Jaén no es especialmente pródiga en megalitos, de tal forma que en Alcalá la Real hay algunas construcciones mixtas del tipo megalito/cueva artificial y también existe una necrópolis dolménica en Otíñar, cerca de la capital. En Collejares, una pedanía de Quesada enclavada junto al Guadiana Menor y muy cercana a Larva se encuentra el dolmen de la Sabina. El de Cabra cierra esta lista, aunque también se descubrió uno dudoso, el del Encinarejo, entre Úbeda y Baeza.
Como hemos adelantado, este hallazgo arqueológico se ha convertido en el paradigma de lo que nunca se debe hacer con un testimonio tal. Primero por la forma en que se produjo la excavación, por personas ajenas al mundo de la arqueología, y segundo por la posterior abulia. Según el testimonio de Diego Jerez Justicia, a quien tuve la oportunidad de entrevistar poco antes de su fallecimiento, las personas que lo excavaron eran “aficionadas”, de tal modo que el trabajo no se realizó con la ortodoxia necesaria. Así, ni existen fotos, ni trabajos publicados y, lo que es peor, ni tan siquiera se incluye entre los escasos enterramientos de la época catalogados en la provincia. Según me relató, se recogieron los restos humanos que cupieron en una caja de cartón de aproximadamente medio metro cúbico, aunque no recordaba el número exacto de cadáveres. Tampoco se encontraron restos de ningún ajuar, así que el material óseo, según me dijo, debe de estar almacenado en el Museo Provincial, pues estas personas estaban relacionadas con aquella institución, que por entonces iniciaba su andadura en el edificio del Paseo de la Estación.
Por tanto, no se reparó ni en su conservación (aunque fuera tapándolo de nuevo), ni en su catalogación. Pero si lamentable y decepcionante fue aquella “excavación” no lo es menos el estado actual del que se supone “registro” arqueológico más antiguo de Cabra, pues se encuentra colmatado, con el ortostato que lo cubría desplazado y por tanto completamente descontextualizado, resultando un ejercicio verdaderamente complicado identificarlo con lo que fue.

Juan Miguel Justicia y Paco Juarez junto a lo que quedaba del megalito del cerro de los Chotos en enero de 2013. Aprovecho para agradecer a Paco Juarez la deferencia por llevarme al lugar exacto. Fuente: propia.
De cualquier forma y pese a la certeza del hallazgo, el megalito de Cabra no se encuentra entre los catalogados por el I.A.P.H., algo que resulta aún más sorprendente si cabe, pues pese al continuado deterioro desde su descubrimiento, la destrucción total no se produjo hasta fechas recientes, de manera que en enero de 2013 aún quedaban algunos restos, si bien, en 1997, cuando se toma la foto publicada por el coleccionable «Jaén pueblos y ciudades» del Diario Jaén, aún se mantenía en un estado aceptable. Parece increíble que nadie reparara en algo tan fundamental, y todo pese a que este megalito se ha citado de manera recurrente a lo largo de todo este tiempo.
Por suerte, podemos contar con algunas fuentes documentales, como la nota de prensa que aquí se publica y las fotografías, así como con los testimonios orales. Todo ello, da carta de naturaleza a la existencia de este megalito en el Sur de Jaén. Algo que unido a la existencia de los restos óseos y a su posible estudio, si es que realmente están localizados en el Museo Provincial, aún podría arrojar más luz sobre la antigüedad de los cadáveres y sobre la vida de aquellos cabrileños de hace unos cinco mil años.

Megalito del cerro de los Chotos en enero de 2013, cuando ya estaba destruido. Fuente: propia.
- Cómo citar este documento
López Rodríguez, R. El dolmen que tuvimos. https://cabradelsantocristo.org/2018/09/12/el-dolmen-que-tuvimos/