Hay personas e instituciones que forman parte de nuestra idiosincrasia y en este caso nos costará asimilar su ausencia porque pertenecen a ese paisaje nuestro. Después de sesenta y cuatro años nos dejan las HH. AA de Cristo Crucificado. «Las Monjas» como les llamamos los cabrileños desde que vinieron en 1958. Cuando más necesarias eran llegaron para emprender una labor hoy reconocida por todos. Ahora se van, como hay que irse, sin hacer ruido y con la satisfacción del deber cumplido.
Pero su memoria pervivirá entre nosotros porque nuestro paisaje urbano no se entiende sin «el convento» y «la fuente de Las Monjas» se mantendrá en el imaginario colectivo como ese espacio anexo al lugar que habitaron aquellas mujeres comprometidas donde se formaron generaciones de cabrileños.
No se nos ocurre mejor homenaje que transcribir aquí el magnífico artículo que les dedicó el entrañable Juan Cózar Castañar cuando se cumplió el cincuenta aniversario de su llegada, donde se deja constancia detallada de su gran labor. Gracias Hermanas…
CINCUENTA AÑOS DE LAS HH. AA. DE CRISTO CRUCIFICADO EN CABRA DEL SANTO CRISTO
Juan Cózar Castañar
Contraluz: Revista de la Asociación Cultural Arturo Cerdá y Rico, ISSN 1698-8817, Nº. 5, 2008, págs. 301-307
El 16 de septiembre de 1958 amaneció el pueblo engalanado. Se esperaba al Obispo de la diócesis que iba a inaugurar una casa religiosa, acontecimiento que no se conocía antes.
Tiempo atrás Dª Magdalena Fernández Jerez, propietaria de la casa nº 7 de la calle Real, con el consentimiento y apoyo de sus hermanos y cuñada Dª Concepción Caro García, había manifestado su propósito de dedicar esa casa, que había heredado de sus padres D. Juan Cristóbal Fernández y Dª Antonia Jerez, para casa religiosa.
Para este fin se sucedieron los contactos con el Ayuntamiento de la localidad cuyo Alcalde, el médico D. Arturo del Moral Fernández, acogió la idea con su apoyo decidido. Así en una sesión del cabildo municipal se comprometió el ayuntamiento a colaborar con la nueva casa religiosa con una subvención de 1.500 Pts. mensuales. A adaptar la casa a las exigencias de dos escuelas para párvulos y otra para chicas en edad postescolar para en ella impartir clases especiales. También se comprometió a facilitarles luz, teléfono y asistencia medico-farmacéutica.
Para llevar la casa se hicieron gestiones con diversas Congregaciones religiosas y aceptaron las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado cuya Casa Generalícia está en Villa Pilar, cerca de Murcia.
El Obispado, por su parte, expidió dos documentos firmados por el entonces Obispo Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Félix Romero Mengibar, sellados correspondientemente y rubricados por el Canciller secretario de Cámara del Obispado; en los cuales, en uno se daba autorización para abrir una casa religiosa en el pueblo de Cabra del Santo Cristo a la Rvdma. M. María Seiquer Gayá, Superiora General de las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado y poder ejercer Los fines apostólicos y educativos propios de dicha Congregación. En otro, se autorizaba para erigir un Oratorio público donde poder tener reservado el Santísimo Sacramento.
Ambos documentos llevan fecha del 4 y 5 de septiembre de 1958 respectivamente.

A media mañana del 16 de septiembre llego el S. Obispo de la diócesis. Fue recibido por las autoridades locales y seguidamente se pasó a la nueva casa religiosa. Allí lo recibió la Comunidad en pleno con la Rvdm. Madre General y la H. Vicaria Amalia Martín de la Escalera que había estado desde el principio preparando el acontecimiento con las Hermanas.
El Sr. Obispo recorrió la casa visitando todas sus dependencias: capilla, clausura y las nuevas escuelas.
A medio día el Ayuntamiento obsequió al Sr. Obispo con una comida a la que asistieron también sus acompañantes en la Casa Consistorial.
Por la tarde, a las 5, tuvo lugar el traslado del Santísimo desde la Iglesia Parroquial hasta la Capilla de la nueva casa religiosa. Llevaba el Santísimo Sacramento bajo palio el cura Párroco D. José Campano Bravo, revestido de capa pluvial y paño humeral. Seguían en una presidencia el Sr. Obispo y varios sacerdotes, entre ellos el Sr. Arcipreste y Párroco de Huelma, D. José Sola Llavero. Detrás en otra presidencia civil el Sr. Alcalde y la Corporación municipal.
En el trayecto, relativamente corto desde la Iglesia Parroquial hasta la nueva Casa religiosa, el Santísimo se vio acompañado por los cánticos eucarísticos que entonaban las religiosas todas y un gran número de pueblo que asistía.

Al llegar a la nueva Capilla el Rvd. Sr. Cura Párroco dio la bendición a todos. Seguidamente se levantó acta de lo ocurrido, que firmaron el Sr. Obispo, el Sr. Alcalde y el Sr. Arcipreste.
Había comenzado a andar en Cabra del Santo Cristo una institución religiosa que iba a dejar huella en las personas que iban a pasar por ella.
Al día siguiente de esta solemne inauguración, el sacerdote que escribe esta remembranza, dijo la primera misa en la nueva capilla. Asistieron la Superiora General, Ia Vicaria y la comunidad formada por la Superiora H. Carmen Mira y las HH. Mª Dolores García, Elisa Blaya, Encarnación Palop, Teresa Roldán, Ginesa Caballero, Isabel Frutos y Carmen del Pozo, una nutrida comunidad.

Las hermanas comenzaron ya desde este día 17 sus actividades de cara a los vecinos del pueblo. Una crónica escrita por una religiosa recoge su primera actividad: «Nuestra primera visita -escribe- fue a las cuevas donde habitan muchas almas desheredadas de bienes materiales, pero, en cambio, con una riqueza que ellos no saben apreciar y hemos de enseñarles lo mucho que el Señor los ama”.

Ya estaba iniciada la labor social y la atención a los necesitados por parte de las religiosas.
Junto a esta Labor otra propia de la Congregación, la enseñanza. Comenzaron con un grupo de niños preparándolos para la Primera Comunión y unas jóvenes enseñándoles labores, corte y confección, mecanografía y alfabetización. Con un total de 240 alumnos matriculados.
Así iban transcurriendo los meses del primer curso del Colegio 1958-59.

Además de las clases de formación realizaban otras actividades culturales, en este curso, entre ellas una velada teatral en el cine del pueblo, cine Paz. Sin descuidar el cultivo del espíritu, para ello se celebraron unos: Ejercicios Espirituales para las mayores.
Este primer curso terminó el 25 de junio, después de haber realizado los exámenes, con un cuadro gimnástico y reparto de premios con la asistencia de padres.
Con estas actividades docentes y lúdicas se fueron sucediendo los cursos siguientes aumentando cada año el número de alumnos en primaria, por lo que se tuvieron que habilitar dos aulas más y los talleres de actividades prácticas hasta 1964.
Desde el comienzo hasta 1964 no hubo Directora del Colegio, este cargo lo ejercía la Superiora de la comunidad.
Ya en este último año se nombró una Directora del Colegio, cargo distinto al de Superiora de la comunidad, que recayó en la persona de la H. Alicia Plaza, hoy Superiora General de la Congregación.

En este año los cursos de primaria se prolongaron hasta 8º de E.G.B. El Colegio había crecido hasta saturarse. Se pensó en adquirir la casa contigua que tenía un huerto grande para ampliar las aulas. Esto se consiguió gracias al donativo del benefactor de la Casa hijo de Cabra D. Basilio Gila Vera. La obra de ampliación se llevó a cabo y los alumnos pudieron gozar de unas aulas amplias y llenas de luz.
Era el momento de pedir a la Delegación Provincial de Educación el concierto para el nuevo Colegio que se denominaría Colegio privado “Cristo Crucificado”. La H Alicia lo consiguió. Esto llevaba consigo que el profesorado contratado iba a depender en lo económico de la Junta de Andalucía.
El primer Cuadro de Profesores estuvo compuesto además de la Directora, H. Alicia Plaza, por Pilar Olmedo Herranz, Licenciada en Ciencias, que permaneció todo el tiempo que estuvo abierto el Colegio, y los Profesores de E.G.B. Catalina Gila Medina, Clotilde Gila, Magdalena Medina, Lucía del Peral, Felisa Justicia y Juanita Caro.
El Colegio fue así viviendo con más alumnos matriculados cada curso y con las bajas y altas del profesorado en sus días de mayor esplendor hasta el año 2001 en que se le negó el concierto.
En la Dirección del Colegio a la H. Alicia le fueron sucediendo como Directora las Hermanas Juana Mª García, que en la actualidad es la Superiora de la casa, Juliana Jiménez, Mª Carmen Molina, Josefa del Toro (comúnmente H. Pepita) y Antonia Lorca.
El Colegio se cerró con 31 alumnos en E. Infantil y 81 de E. Primaria, de 1º a 6º. Los alumnos pasaron al Colegio Público “Arturo del Moral” de la localidad y el Profesorado seglar distribuido en diversos centros de enseñanza privada.
El Colegio “Cristo Crucificado” de Cabra del Santo Cristo regido por las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado había cumplido su misión con creces: formar niños en los aspectos intelectual, social y religioso. Ahí está esa cantidad grande de antiguos alumnos que guardan del Colegio un recuerdo imborrable.
El cierre del Colegio supuso para los alumnos un verdadero trauma y para los padres una honda preocupación.
Cabra del Santo Cristo se quedó sin un colegio menos de enseñanza. Cerrar un colegio en cualquier localidad es una pérdida lamentable.
Ante esta realidad muchas personas amigas y antiguas alumnas que querían de veras el Colegio y a las religiosas, se preguntaban si con el colegio se cerraría también la casa. Era un temor bien sentido. Con este motivo muchas voces y escritos se elevaron a la casa Generalícia de Villa Pilar, rogando que si no el Colegio, porque ya no podía ser, sí quedase una comunidad más reducida cuya finalidad sería ahora la catequesis parroquial, para lo cual servirían las aulas del Colegio, la atención a los enfermos y a los emigrantes, labor que están llevando a cabo las dos que forman la comunidad actual.
La Congregación de HH AA de Cristo Crucificado se ha visto enriquecida con ocho religiosas profesas naturales de nuestro pueblo: Hermanas: Antonia Pugnaire (fallecida), Quíteria e Ignacia Rubio Perea, Mª Ramona del Peral García, Mª Ángeles Abril Herrera, Vicenta López Cózar, Maribel Cano López, y Emilia Lara Río. Hoy están al servicio de la Iglesia y su Instituto religioso en diversos puntos de España, Galicia, Extremadura, Jaén y Murcia; Maribel Cano en el Perú.
En este año jubilar de su presencia en Cabra del Santo Cristo enviamos nuestro agradecimiento en primer lugar a la Superiora General H. Alicia Plaza tan vinculada a la casa de Cabra. Sabemos que, a pesar del descenso general de vocaciones que se percibe en toda Europa, y que a ellas les afecta igualmente; y que, a pesar de las varias casas abiertas en misiones en Hispanoamérica, aún mantiene abierta esta casa de Cabra del Santo Cristo para satisfacción y alegría nuestra.
En segundo lugar mostrar nuestro agradecimiento a la pequeña comunidad de la calle Real nº 7, compuesta por las Hermanas Juana Mª García y Maria Cuenca; y con ellas a todas las Hermanas que a lo largo de estos 50 años pasaron por esta casa y aquí desarrollaron su labor docente y social.
Y en general a toda la Congregación de HH AA de Cristo Crucificado.
Cabra del Santo Cristo, sus habitantes, cuantos sabemos valorar su labor apostólica y social les felicitamos en estas efemérides.
Citar este artículo en la forma:
Cózar Castañar, Juan. Cincuenta años de las HH.AA. de Cristo Crucificado en Cabra del Santo Cristo. Contraluz: Revista de la Asociación Cultural Arturo Cerdá y Rico, ISSN 1698-8817, Nº. 5, 2008, págs. 301-307